La noche.

El camino era angustioso.Retorcidos robles centenarios se alzaban a un lado y a otro deshojados por el viento de la tormenta.La lluvia le golpeaba en la cara y sus gafas mojadas impedian más la visión de lo que se la favorecian.Los charcos que cubrian toda la anchura de el sendero, le llenaban los zapatos de agua oscura y fria.Sudaba a pesar de no ir abrigado por el esfuerzo de caminar en aquellas condiciones.Le dolían extremadamente las manos que tenían ya los primeros sintomas de congelación.

Detrás de él un bulto atado a una soga iba deslizandose por el barro envuelto en plastico negro,que brillaba con cada relámpago.Se cayó al suelo con las manos por delante y aterrizó en un charco especialmente profundo que le humedecio hasta los huesos.Estuvo allí tirado durante un minuto reuniendo fuerzas para erguirse de nuevo y lo hizo.Comprobó que ni la soga tuviera fisuras ni la bolsa ranuras.

Continuo caminando durante una hora bajo la lluvia y al fin,al borde del desfallecimiento se introdujo a rastras en un cobertizo con goteras.Aproximadamente la mitad del cobertizo estaba medianamente seca y la otra mitad era simplemente como no estar a cubierto.Se acomodó contra una esquina y apoyó el bulto en la pared.Sacó un mechero y exploró un poco la parte seca del cobertizo,recogiendo maderas aquí y allá.Poco después encendió una hoguera a su lado y clavando un palo en el suelo se desnudó parcialmente y puso allí su ropa a secar.Se tumbó y durmió unas horas.Al despertar era todavía noche cerrada y seguía lloviendo.Le dolían ahora no solo las manos y la cabeza sino la garganta y la espalda por la mala posición,pero ignoró todos estos dolores y se puso en cuclillas mirando al fuego.Un rato despues se sentia algo mejor y se sentó. Sacó una bolsa del bolsillo de la cazadora que se suponía que tenía galletas pero de la que no consiguió mas que una pasta marrón embarrada que se tragó con esfuerzo.
Cuando terminó,se levantó,orinó y volvio a sentarse junto al fuego y junto al bulto.

El bulto resbaló hasta el suelo y él sonrió.Comprobó de nuevo la bolsa para ver si tenía agujeros.El fuego pareció guiñar un ojo con un chisporroteo.Su sonrisa se convirtió en un gesto de angustia.Se durmió.El fuego se apagó.El bulto se incorporó por si mismo.Se levantó.El abrió los ojos,adormecido.Se sobresaltó y se puso en pie.El bulto se giró hacia Él.Se cayó al suelo.Se arrastro por el cobertizo.El comenzó a llorar,y pasó del llanto a una risa desequilibrada.Y luego a carcajadas de satisfaccion.El bulto se revolcó una y otra vez como en un baile agonico,ridiculo,moribundo.Cesó.El suspiró.Comenzó a golpear el bulto con los puños hasta que este se distendió totalmente.Murmuró algo.Comprobó de nuevo la bolsa.Cogió la soga de nuevo y comenzó a caminar.De vez en cuando el bulto coleteaba y gorgoteaba.Paró de llover y salió el sol.Y ya no le importaba el tiempo.Ya no le importaba el dolor.Ya no le importaba lo que tuviese que caminar ni por donde tuviese que pasar.

Ya solo le importaba mantener cerrada la bolsa,porque lo que llevaba en la bolsa de plastico,era su propia muerte.